Consumed candle

CONSUMED CANDLE
 

La primera y única puta persona de absolutamente toda mi vida que ha sido capaz de mantenerme siete horas seguidas hablando sin hacerme sentir la más mínima cohibición. Adiós a la disfunción eréctil y falta de libido. Me excita tu persona. Your intelligence is sexy, Morphine dixit. The sexiest thing is trust, Tori Amos dixit. Me excita tu nariz curva con el piercing. Me excita que te acompleje no tener pecho. Me excita la ternura que me producen tus muchas veces enrojecidos ojos como si te hubieras pasado toda la noche al mismo tiempo de fiesta y llorando. Me excita tu interés por mi persona justo en el momento en el que me había quedado solo. Me excita leerte. Me excite escucharte recitar. Se me obligó a aprender a no compartir mi deseo. Colecciono carencias. Vacíos para llenar una biografía. No hay batallas. No hay invasiones. Tú me abriste la puerta. Soy el único responsable de la sangre que mana de mi pie recibiendo los golpes de la puerta para que el hueco abierto nunca se cierre. Como todo ismo artístico revolucionario, mi egoísmo consiste en enfrentase a los clichés y nada tiene que ver con una lucha de egos mientras la supervivencia del mío no dependa de ello. Un egoísmo que suplica favores sin que mi admiración por ti se vea afectada por no concedérmelos. Acepto tus condiciones sin que las mías sean escuchadas. La admiración es más fuerte que el ego sintiéndose rebajado. No pido ni exclusividad ni un puesto en una escala en la que no creo. Mientras mis alas aún están dolorosamente naciendo a base de atravesar desde el interior mi espalda, sólo te pido unos días de tu vida dedicados a este cojo a aprender a moverse en el entorno en el que siempre me he encontrado de nuevo a mí mismo cada vez que mis pies lo han pisado sin todavía haber podido volar a través de él. No te pido nada más, sabiendo que te refugias en una territorialidad que se vería vulnerada en el mismo momento en el que nos tocáramos debido a los frutos que engendraríamos. No me importa que te presentes acorazado y escudado para protegerte de quien en realidad únicamente busca lamer y desinfectar tus heridas. Dispones de cientos de cines, bares, centros culturales, antros, saunas, fumaderos de opio y demás purgatorios de los que yo carezco. Mis desposesiones consisten en cuatro paredes que ni siquiera son capaces de defenderme de mis atacantes. Entornos opuestos implican necesidades diarias opuestas. No lo confundas con una inexistente oposición entre nosotros. Sincronización que acelerará el batir de mis propias alas. Afortunados accidentes que nos liberan de la rutina sin vulnerar voluntades. Si me aprecias, firma para que me permitan abandonar Urgencias, y no dejes que los meses nos roben vida por dejarlos pasar sin exprimirlos en el presente. He pasado muchos años escupiendo a la cara de la Muerte a la que veo acercarse rápidamente. No está dispuesta a esperar más. Mi vida misma depende de ti que tanto gustas de permanecer en el laberinto. No dejes que le vea las manos a la Muerte. La humanidad daña los pulmones y tú me puedes dar aliento. No dejes que la vela que encendí en tu honor y el de mi egoísmo se consuma. Es todo lo que te pido. Todo lo que mi amor me permite. Mientras me siento protegido durante el nacimiento, tú dispones de las tuyas desde muy joven y no trataría ni de arrancarles una pluma. Pero la oración acaba, y la maldición es siempre más rápida. En cuanto el Diablo comenzó a susurrarte con la intención de apagar toda tentación que creíste ver en mí, cargándote de un miedo que no procede en alguien orgulloso de su un territorio que sólo recorre quien tú permites, le diste una patada a mi pie, cerraste la puerta y dejaste que la vela se consumiera, convirtiéndose la cera en cenizas de la Muerte, esa mentirosa que te alimenta del orgullo del independiente cuyas dos primeras letras no pasan de ser meros susurros y de la que te enamoraste abortando tantos futuros proyectos. No permitas (déja vu) que ella escriba por ti. Te lo desea alguien que te quiso y te seguirá queriendo. La Muerte y el Orgullo carecen de esa capacidad. Nada haré si desde ahora te haces llamar Orgullo, nada más que permitir que mis glándulas sigan funcionando para poder seguir viviendo, mi querido drüida contenido, y desear que no te creas el único capaz de emplear las palabras que te dan oxígeno. Son un pellizco que tú también sientes. No las menosprecies por menospreciar a quien las deja brotar. Muxu asko, politta.
 

Josu Sein (marzo 2017)