Tomé el tÃtulo de una canción de Portishead, que a su vez eran una raza de extraterrestres de una serie televisiva de los años 60, tanto porque el término recuerda fonéticamente a “misteriosâ€, como porque el tema me parecÃa una banda sonora muy idónea para esta serie de fotografÃas. Para realizarlas, todas ellas tomadas en el interior del estudio de Barcelona en el que en aquel momento vivÃa, me limité a dirigir la luz a un único punto concreto con la utilización de simples flexos o bombillas a las que sujeté un cono de cartón o papel, quedando todo el resto del espacio totalmente a oscuras. De esta manera, al tratarse las zonas iluminadas de una manera expresionista de detalles de fotos o ropa tirada sobre el sofá o la cama, muñecas estropeadas con lágrimas pintadas y objetos por el estilo, y, principalmente, cerraduras y pequeñas aberturas en puertas que llevaban a otro espacio, todos ellos elementos ya de por sà e implÃcitamente expresionistas, invito a que cada persona imagine el resto del espacio y lo que él pueda estar ocurriendo, pudiendo tratarse, por ejemplo, de un lugar absolutamente abandonado y viejo, un lugar en el que algo dramático ha pasado, o un lugar en el que ese algo dramático está ocurriendo en esos mismos momentos. Por todo ello, a pesar de no tratarse de una secuencia narrativa, resulta una serie de fotografÃa de un marcado carácter cinemático, como si de una pelÃcula de cine negro o de terror se tratara.